Bretaña 2012 París, Saint Malo
Día 4, jueves 2 de agosto de 2012
Después de levantarnos, desayunar y pagar el parking del hotel, salimos de París dirección Bretaña tras atravesar La Defense por unos largos túneles dirección a la Abadía de Jumièges a la que se llega después de 147 km. por la autopista A13.
Tomamos un ferry gratuito para atravesar el Sena con el coche y llegar a la abadía que aunque está en ruinas merece la pena visitar (10 euros los cuatro) y dedicar un rato a recorrerla. Vas encontrando unos paneles donde muestran como eran los edificios originalmente y que función desempeñaban.
Retomamos la ruta dirección Saint Malo y a la altura de Gouvets ya en la A84 decidimos parar a comer en un área de de servicio de Shell con tienda, buffet y con mesas en la parte exterior donde comimos unos bocadillos mejores y más baratos que lo que se ofrece en las autopistas españolas.
Continuamos y llegamos al Hotel Ambassadeurs de Saint Malo sobre las 16 horas.
El recorrido desde París hasta Saint Malo es de 401 km. El coste de los peajes en la A14 y A13 es de 24,2 euros.
El pequeño hotel está junto al mar en una ubicación muy buena, aunque las habitaciones son un poco pequeñas y con muchos años a sus espaldas.
Sin apenas tiempo para deshacer las maletas salimos por la parte trasera del hotel a la inmensa playa de Saint Malo que al estar la marea bastante baja tenemos que caminar un rato hasta llegar al agua donde se observa que con cada ola que llega el mar recupera un paso hacia el paseo marítimo que aun le queda lejos.
Nos dirigimos caminando hacia la parte de Intramuros (zona antigua fortificada) de Saint Malo contemplando durante el paseo la playa con los característicos troncos para proteger del oleaje y el fuerte de Fort National.
Enfrente de la puerta de San Vicente está la oficina de turismo donde en Español nos indicaron las zonas a visitar sobre un folleto y ya entramos en la zona amurallada.
Había bastante ambiente, con músicos callejeros y fuimos caminado por las distintas calles, la catedral y subimos a las murallas para recorrerlas (se puede subir y bajar en cada una de las puertas de acceso a la ciudad) pero empezó a llover y había un fuerte viento que nos obligo a bajarnos enseguida.
Para reponer fuerzas y como eran las 19:45 entramos en La Creperie des Lutins, 7 Grand Rue para empezar con lo que sería la comida oficial del viaje: Las galettes Bretonas, similares a la crepes pero elaboradas con trigo sarraceno. Pedimos cuatro galettes, 1 botella de sidra artesana y 2 crepes dulces de postre para compartir, 45,10 euros, 4 personas. Creperie totalmente recomendable por la comida y por la decoración del local.
Todavía nos dio tiempo a escuchar unas cuantas canciones que cantaba en la calle un coro de veteranos marineros y salir de la vieja ciudad de nuevo por la puerta de San Vicente donde quedamos impresionados al ver que el mar golpeaba contra el muro del paseo del que horas antes se encontraba a cientos de metros.
Viendo como el sol se ponía en el mar nos dirigimos hacia el hotel a descansar de nuestro primer día en Bretaña.
Kilometros recorridos en el día 401 km.
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