Bretaña 2012 Josselin, Malestroit, Rochefort-en-terre
Día 9, martes 7 de agosto de 2012
En nuestro último día en Bretaña íbamos a visitar los pequeños pueblos de Josselin, Malestroit y Rochefort-en-terre que se encuentran alrededor de Vannes en un recorrido circular de unos 140 kilómetros.
Llegamos Josselin recorriendo la D767 hasta Locminé y después la N24. Aparcamos en una pequeña plaza (Dels Remparts) con zona azul sin problemas. El edificio más destacado de Josselin es el castillo. Nos dirigimos a su entrada por pequeñas calles pero al ver el precio que pedían para entrar y viendo que sólo permiten visitar los jardines y alguna habitación de la planta baja decidimos no entrar y verlo dando un paseo alrededor del mismo el cual es muy agradable por encontrarse junto al rio L’Oust.
Al volver al centro del pueblo vimos que era posible subir a la torre del campanario de La Mairie y aprovechamos para tener una panorámica del pueblo y sus alrededores desde las alturas.
Al bajar de la torre vimos que empezaba a llegar más gente al pueblo y aprovechamos para comer temprano en uno de los tantos sitios que había en el centro del pueblo. Creperie Du Centre en la Place de Notre Dame. Galettes en la línea habitual de calidad y precio. 42,20 euros cuatro personas.
Desde Josselin nos dirigirnos a Malestroit que se encuentra a 30 km. Aparcamos en la plaza Doctor Jean Queinnec y fuimos a dar una vuelta por el centro del pueblo y llegamos a la orilla del rio L’Oust que se convierte en el Canal de Nantes a Brest en este punto y dimos un agradable paseo hasta el Puente de la Esclusa donde estuvimos observando el tráfico de pequeños barcos-casa que navegan por el canal y que ascienden el desnivel gracias a las esclusas. Por la orilla del Canal discurre un carril bici por el que circulaban gran número de ciclistas.
Volvimos al coche y nos dirigimos al último pueblo que íbamos a visitar hoy y que se encuentra a 16 km.
Rochefort-en-terre es un pequeño pueblo que parece un decorado de alguna película por lo llamativo que es y lo bien cuidado que está. Aquí había mucha más gente. Aparcamos en la parte de los árboles en la Plaza de Saint Michel donde había que sacar un ticket de una máquina expendedora.
El pueblo en realidad es una larga calle salpicada de casas de piedra, decoradas con cantidad de flores y muchas de ellas con tiendas de artesanía, anticuarios o productos típicos. Nos gusto mucho una de velas y otra de artesanía en mimbre y esparto. Mención especial la pastelería-heladería L’Art Goumand que hay aproximadamente a mitad del recorrido.
Estuvimos bastante rato en Rochefort paseando y tomando fotos.
Ya desde aquí volvimos a Vannes donde cenamos en un McDonnalds (sic) junto al hotel ya que no nos apetecía ir hasta el centro de la ciudad a comer la última galette en parte por el cansancio acumulado después de unos cuantos días de viaje.
Kilómetros recorridos en el día, 150
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